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Recomenciones

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¿Qué más debería saber? Aquí encontrarás algunos consejos para abordar la intolerancia a la lactosa: - Selecciona una leche sin lactosa o baja en lactosa. - Toma un suplemento enzimático de lactasa (como Lactaid) justo antes de ingerir productos lácteos. Estos suplementos se pueden tomar en gotas o en pastillas y también se pueden añadir directamente a la leche. - Cuando vayas a beber leche o a comer alimentos que contengan lactosa, ingiere alimentos sin lactosa al mismo tiempo para enlentecer la digestión y evitar problemas. (Por ejemplo, si te vas a tomar un batido de leche, no te lo bebas sin nada más. Acompáñalo de otra cosa, como un bocadillo que no contenga nada de lactosa.)   - Bebe jugos enriquecidos con calcio. - Ingiere una amplia variedad de alimentos sin lactosa que sean ricos en calcio, como el brócoli, las alubias, el tofu o la leche de soja. Considera los quesos duros, como el Cheddar, con una menor concentración en lactosa. - Los yogures que contienen cult

Complicaciones

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El 70-80% de los pacientes responde a una dieta sin lactosa. El resto mantiene síntomas quizás porque además padece un síndrome de intestino irritable. Los síntomas intestinales de pacientes que consumen productos lácteos pueden reducirse con el uso de fermentos comerciales añadidos a la leche. Hay que tener cuidado con los medicamentos (20%) en los que el excipiente contiene lactosa (ver el prospecto), así como con ciertos alimentos preparados que la pueden tener en su composición (algunos embutidos por ejemplo). La ingesta menor de 240 cc de leche al día suele tolerarse bien. El yogur y los quesos curados suelen tolerarse mejor. En el mercado existen leches bajas en lactosa. La leche de soja se puede tomar con tranquilidad, ya que no contiene lactosa. Si se sigue una dieta baja en lácteos, se debe recomendar la toma de calcio para evitar desarrollar osteoporosis. También se sabe que muchos alimentos son ricos en calcio y bajos en lactosa, como por ejemplo vegetales de hoja verde (bré

Tratamiento

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El 70-80% de los pacientes responde a una dieta sin lactosa. El resto mantiene síntomas quizás porque además padece un síndrome de intestino irritable. Los síntomas intestinales de pacientes que consumen productos lácteos pueden reducirse con el uso de fermentos comerciales añadidos a la leche. Hay que tener cuidado con los medicamentos (20%) en los que el excipiente contiene lactosa (ver el prospecto), así como con ciertos alimentos preparados que la pueden tener en su composición (algunos embutidos por ejemplo).  La ingesta menor de 240 cc de leche al día suele tolerarse bien. El yogur y los quesos curados suelen tolerarse mejor. En el mercado existen leches bajas en lactosa. La leche de soja se puede tomar con tranquilidad, ya que no contiene lactosa. Si se sigue una dieta baja en lácteos, se debe recomendar la toma de calcio para evitar desarrollar osteoporosis. También se sabe que muchos alimentos son ricos en calcio y bajos en lactosa, como por ejemplo vegetales de hoja verde (br

Sintomas

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Entre los síntomas de la intolerancia a la lactosa se encuentran la diarrea, las náuseas, la flatulencia, el dolor abdominal y/o hinchazón, que suelen presentarse pasados 30 o 45 minutos después de la ingesta de alimentos que contienen lactosa. Además de estos síntomas intestinales, la intolerancia a la lactosa puede provocar otros más inespecíficos como: dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular y articular, problemas cutáneos y en mucosas como sequedad o úlceras en boca, e incluso afectación del estado de ánimo con nerviosismo, falta de concentración, abatimiento o depresión, provocados por ciertas sustancias generadas en el colon durante el metabolismo, y que en ocasiones pueden pasar desapercibidos. Estos síntomas varían entre individuos, ya que dependen de varios factores como la cantidad ingerida, el grado de deficiencia de lactasa o si se ha tomado sola o con otros alimentos. Sin embargo, el consumo de productos o de leche sin lactosa por parte de personas que no tienen diagno

Causas

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Existen múltiples causas de intolerancia a la lactosa, la más frecuente es la intolerancia primaria a la lactosa.  La actividad de la lactasa es alta y vital durante la infancia, pero en la mayoría de los mamíferos, incluyendo los humanos, disminuye de forma fisiológica a partir del destete. Por eso, la intolerancia primaria a la lactosa se manifiesta en la mayoría de los casos en la pubertad o en la adolescencia tardía.  La intolerancia secundaria a la lactosa es causada por cualquier daño de la mucosa intestinal o reducción de la superficie de absorción. Este tipo de intolerancia suele ser transitoria y depende de la enfermedad de base que tenga el paciente: enfermedad celiaca, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, parásitos intestinales y gastroenteritis, entre otras.  Por último existe un raro trastorno de origen genético, que es el déficit congénito de lactasa, en el cual el intestino delgado no produce dicha enzima y se pone de manifiesto en la primera semana de vida.

¿Que es la Intolerancia a la Lactosa?

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La intolerancia a la lactosa (el azúcar natural de la leche), es una reacción adversa a la lactosa que de forma natural contienen los lácteos o a la que incluyen algunos productos entre sus ingredientes, producida por un mecanismo no inmunológico por el que el intestino delgado no absorbe la lactosa llegando está intacta al colon. Esto ocurre debido a la falta de una enzima, la lactasa, que se encarga de romper la lactosa –disacárido– en dos monosacáridos (glucosa y galactosa). Así, estos dos eslabones de la lactosa llegan al colon sin separarse provocando que se viertan líquidos y electrolitos al intestino. Se estima que el 80% de la población mundial (95-100% de los indios americanos, 80-90% de negros, asiáticos, judíos y mediterráneos) sufren intolerancia a la lactosa en mayor o menor grado. Muchos de ellos presentan síntomas que recuerdan al síndrome de intestino irritable.